Literatura erótica en la Historia.

27.04.2021

 Las artes creativas, no hay duda, existen desde que existe el ser humano. Son una parte intrínseca de lo que nos caracteriza como especie, y por eso se han desarrollado todo tipo de artes creativas a lo largo no ya de los siglos, sino de los milenios. En lo que respecta a la literatura en particular, la primera obra literaria de la que se tiene constancia y que está considerada como tal es La epopeya de Gilgamesh y fue escrita hace alrededor de 3.500 años en Mesopotamia. Si bien se trata de una historia propagandística y en beneficio del entonces rey, así como de fantasía (de hecho el protagonista es el propio rey, al que se le da un origen divino en la historia), no debería sorprendernos que, aunque de forma discreta, ya aparezca en ella el erotismo, a través de la figura de Shamhat, una prostituta que, según la propia historia, consigue civilizar al feroz rey Gilgamesh tras compartir cama con él durante varias noches. Así se las gastaban entonces.

Sin embargo hay que dejar pasar unos mil años y encaminarnos a la Antigua Grecia para, sobre el año 400 a.C., encontrarnos Lisístrata, la primera obra que podríamos considerar erótica. Cosa poco sorprendente, fue inmediatamente imitada. Durante algunos siglos se pudieron encontrar numerosas obras de temática erótica, pero con la llegada de la Edad Media y de la enorme censura que esto supuso para Europa, hasta finales de la Alta Edad Media lo más parecido que podía encontrarse a la literatura erótica era la literatura cortesana, de contenido más picante y romántica que sexual entre una dama noble y su pretendiente. Sin embargo ahí estuvo el Libro de buen amor, escrito en el siglo XIV por el inmortal Arcipreste de Hita, inspirado por Las mil y una noches, y repleto de sensualidad; una oda al derecho por parte de la mujer a disfrutar del placer corporal, un enfoque sumamente novedoso en el erotismo literario visto hasta entonces.

 La Edad Moderna rescató en todo su esplendor el erotismo en la literatura, como rescató tantas otras cosas que habían sido censuradas por la Iglesia durante los mil años que duró la Edad Media. Son bien conocidos títulos como 120 días de Sodoma (escrito por El Marqués de Sade) o Madame Bovary, entre muchos otros. Además, durante el gigantesco crecimiento que vivió la literatura desde que se perfeccionó la imprenta, perfeccionamiento que conllevó un abaratamiento de los costes de impresión, el erotismo se convirtió en un elemento más de numerosas novelas de todo tipo de géneros, aunque muy en especial de la novela de aventuras, donde era frecuente encontrar al ardiente protagonista llevándose a la cama a su interés romántico, aunque no siempre se hacía de forma explícita.

Pero la época dorada de la literatura erótica es, sin ninguna duda, el siglo XX, un siglo marcado por una revolución social que, sobre todo en sus últimas décadas, no solo vio nacer un largo listado de novelas de género erótico sino que consiguió incluso normalizar su consumo, al menos hasta cierto punto. Lolita, Historia de O, Diario de una ninfómana y la inevitable aunque de dudosa calidad literaria Cincuenta sombras son algunos de los títulos que, cada uno a su manera, más han hecho por la literatura erótica. A día de hoy se trata de uno de los géneros más comerciales y de más éxito que pueden encontrarse, junto al romántico.

Muy lejos queda ya aquella historia en la que Shamhat "civilizaba" al rey Gilgamesh, y, evidentemente, ha evolucionado y cambiado enormemente no solo la literatura erótica sino toda la literatura, en general. Está bien saber de dónde venimos, ¿verdad?

GRIMNIR EDICIONES.