El erotismo en la literatura clásica (1)
Cuando hablamos de literatura erótica, lo más habitual es pensar automáticamente en novelas modernas del estilo Cincuenta sombras de Grey, género que en las últimas décadas ha obtenido un notable aumento de lectores y un grandísimo éxito de ventas. Nos vienen a la cabeza historias contemporáneas de amor y sexo, precisamente el tipo de literatura que escribe nuestra querida Xakura O´Hara, tal y como ha demostrado con gran éxito en títulos como ¿Soy tuya? o Al final del arcoíris te encontraré, así como con la Trilogía de Sarah. Sin embargo, esta visión moderna de la literatura erótica debe buena parte de lo que es a grandes clásicos literarios en los que el erotismo juega un destacado papel, hasta el punto de convertirse con frecuencia en un tema recurrente a lo largo de la trama. No hablamos ya de clásicos eróticos como Historia de O, sino de clásicos literarios de notable carga erótica, como es el caso de la colección de cuentos Las mil y una noches. Sin embargo, es importante advertir al lector que el erotismo presente en ellos dista mucho del erotismo al que nos tienen acostumbrados las novelas eróticas contemporáneas. ¡Pero son novelas que merece la pena leer! ¿Vemos algunas?
EL EROTISMO EN LOS CLÁSICOS GRIEGOS
El propio Homero ya utilizaba el erotismo como tema recurrente en sus grandes obras de la literatura clásica griega, tales como La Ilíada. En ella vemos en repetidas ocasiones menciones a situaciones con una notable carga de sensualidad y erotismo, en ocasiones representadas por mortales, y en otras ocasiones por dioses. Lo común, sin embargo, era que en su mayor parte (pese a que hay excepciones) apareciesen protagonizadas por mujeres, ya que a ellas precisamente se han atribuido a lo largo de la Historia elementos como lo sensual y lo erótico. Así, en la mismísima Ilíada (que no olvidemos que narra una guerra originada por una infidelidad fruto de la pasión y el amor), podemos encontrar pasajes en los que las diosas usan sus encantos para interferir en la guerra a favor de uno u otro bando. O La Odisea, en la que, entre otras escenas, asistimos a cómo Afrodita engaña a su esposo Hefesto con el mismísimo Ares, símbolo de la masculinidad y de la virilidad. Son solo algunos ejemplos, ¡pero pueden encontrarse muchísimas escenas de carga erótica en estos clásicos griegos!
EL EROTISMO EN LA LITERATURA ESPAÑOLA CLÁSICA
Desde La Celestina hasta El Libro del Buen Amor, son muchos los clásicos de la literatura española en los que podemos encontrar buenos ejemplos de erotismo y sensualidad. En este último, obra del Arcipreste de Hita, asistimos a diversas aventuras amorosas y eróticas, todas ellas decoradas con fábulas. Por otra parte, La Celestina nos narra la historia de dos enamorados que, ayudados (o a veces desayudados) por sus criados, hacen todo lo posible por estar juntos, literal y metafóricamente hablando. Sus encuentros furtivos para encamarse y las escenas de amor y pasión entre ellos se suceden a lo largo de este clásico inmortal. En La lozana andaluza tenemos como protagonista a una prostituta, y, por supuesto, el propio clásico de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, contiene no pocos pasajes en los que el sexo y lo sensual gozan de notable protagonismo. Son sin duda libros sobradamente conocidos por todos, clásicos inmortales por derecho propio, pese a que solo unos pocos han disfrutado de su lectura. Quizás ahora, arrojado lector, te atrevas a darles una oportunidad, aunque solo sea para buscar esos curiosos pasajes eróticos.
Seguiremos hablando del erotismo en la literatura clásica en nuestro siguiente artículo. ¡Leed mucho!