Cómo escribir una buena novela erótica.
El porno ha hecho mucho daño. A él debemos la extendida (y justificada) creencia de que lo erótico es vulgar, predecible y zafio. Como aquello del repartidor de pizzas que cobra de la forma que todos menos él sabíamos que esa señorita despampanante y medio desnuda iba a utilizar para pagarle, o el fontanero que revisa bajos que, a priori, no parecen de su competencia, o el médico que realiza una revisión que, quizás, resulte excesivamente exhaustiva... e íntima. No es de extrañar que buena parte de la gente piensa que una novela erótica va a ser más o menos eso. La realidad, por supuesto, no siempre es así.
No nos confundamos: sí que existen multitud de títulos, sobre todo en plataformas digitales, de novelas cortas en las que se ofrece al lector lo que bien podríamos definir como un vídeo porno hecho texto. Es fácil reconocer estos productos, pues suelen tener títulos muy grandilocuentes, como de telenovela, y con frecuencia aparece en la portada un mozo de muy buen ver y escasa indumentaria, a veces acompañado por una señorita a juego. Otro elemento característico es que esas tramas flojas (e incluso ausentes) suelen ir acompañadas por una ortografía y una redacción que harían llorar a un profesor de Lengua. Evidentemente son productos cutres, con poco que ofrecer más allá de una escena tórrida y directa al grano. Lo mismo que un vídeo porno.
Afortunadamente existen también fantásticas novelas eróticas. El mes pasado, en este mismo blog, os dejé unos cuántos títulos. ¿Pero qué es lo que diferencia una buena novela erótica de una mala?
Lo primero, naturalmente, es la trama. Una buena novela erótica ha de ofrecer una historia, pues lo erótico no está reñido con un argumento elaborado, por más que el porno se empeñe en demostrar lo contrario. De hecho una buena trama, una trama aderezada de picante e insinuación, puede resultar mucho más excitante que una escena de sexo explícito y gratuito. A fin de cuentas se trata de estimular la mente de los lectores.
Lo segundo es que, si queremos obtener una buena novela erótica, hay que olvidarse de limitarse a este género. Cualquier género es susceptible de ser utilizado en una novela erótica, así que, ¿por qué limitarse? Si bien es cierto que lo más habitual es combinar el género romántico con el erótico, también podemos contar una historia de fantasía, o histórica, o escribir una novela negra, o de ciencia ficción... Cualquiera sirve. Si a esto le añadimos una buena trama, como comentábamos en el punto anterior, podremos obtener una novela erótica que realmente interese al lector.
En tercer lugar, y esto es muy importante, hay que tener en cuenta las formas. No por ser erótico hay que olvidarse de dar un buen acabado a la novela, cosa que podremos conseguir con una buena corrección y maquetación, así como con una portada que llame la atención y con un título que no dé la sensación de que estamos anunciando una telenovela. No, no hace falta poner a un señor medio desnudo y titularla "Pasión y pecado" para llamar la atención del lector. De hecho esto puede causar el efecto contrario. Un título atractivo y una imagen más sugerente que explícita son, con frecuencia, mejores elecciones.
Con estos pequeños consejos podréis ser capaces de escribir vuestra propia novela erótica. Pero, si todavía queréis más inspiración, os recomendamos ¿Soy tuya?, de Xakura O´Hara. En ella descubriréis la fascinante historia entre una mujer y un hombre, una historia llena de secretos y que evolucionará página a página hasta un final explosivo. ¡Os atrapará!