Cómo empezar en el bdsm (1)
El 2023 ya está aquí, y, para arrancar el año de la mejor forma posible, os hemos preparado una guía bdsm para novatos, con todo aquello que siempre quisiste saber pero nunca te atreviste a preguntar. Y es que el bdsm es una práctica que, si bien puede resultar muy placentera y divertida, conlleva cierto riesgo cuando las cosas no se hacen bien. ¡No nos cansamos de decir que la seguridad es fundamental de cara a cualquier práctica bdsm, y esa seguridad comienza por poseer unos conocimientos mínimos de lo que estamos haciendo!
LO PRIMERO ES LO PRIMERO. ¿QUÉ ES BDSM?
Lo hemos explicado muchas veces en esta página, pero nunca está de más recordarlo. Cuando hablamos de bdsm nos referimos a las iniciales de los términos bondage, dominación, sumisión y masoquismo. El primero, bondage, hace referencia al uso de cuerdas y otros accesorios para atar a nuestro compañero de juegos sexuales (o para ser atados por él), ¡y es un arte que puede llegar a ser realmente precioso! El último, el masoquismo (o sadomasoquismo) es referencia a las prácticas de causar o recibir dolor durante el sexo, algo que, si bien puede hacer que la mayoría de la gente se escandalice al interpretarlo como un tipo de agresión, lo cierto es que es algo bastante extendido y que no debe generar alarma ninguna, pues no hay que olvidar que el bdsm siempre debe ser consensuado, consentido y seguro. Pero de eso hablaremos en el siguiente punto. Finalmente, dominación y sumisión son las dos caras de una misma moneda, y que consiste en un juego de roles en el que uno de los miembros de la pareja ejerce de dominante (o Amo) y el otro de sumiso. Los nombres resultan bastante descriptivos, pero a lo largo de este especial (que durará todo el mes de enero del 2023) explicaremos algunos aspectos fundamentales a tener en cuenta.
CONSENSUADO, CONSENTIDO Y SEGURO
No nos cansamos de repetir que toda actividad propia del bdsm debe ser consensuada, consentida y segura. Lamentablemente nunca faltan aquellos que, escudándose en el juego de roles de dominación y sumisión o en las prácticas sadomasoquistas se aprovechan o abusan de otra persona, situación alentada una y mil veces por la pornografía, que parece decirnos que el bdsm consiste en abusar sexualmente de otra persona y hacer lo que queramos con ella. Tópicos como el de la chica sometida a tocamientos en el transporte público, o la vecina sorprendida en paños menores y posteriormente sometida a todo tipo de usos sexuales, por mencionar tan solo dos de los incontables ejemplos que podemos encontrar en vídeos y cómics pornográficos, promueven la equivocada idea de que el dominante es aquel que se aprovecha sexualmente de la parte sumisa. Repetimos: eso es absolutamente falso. ¡Y lo diremos las veces que haga falta!
Lo cierto es que existen tres elementos fundamentales en toda relación bdsm. Hablamos, como bien sabréis aquellos que sigan de forma habitual esta página, de consenso, consentimiento y seguridad. Toda relación bdsm, independientemente de en qué consista esta, debe ser, en primer lugar, consentida. Es decir, requiere de la aprobación de ambas partes para ser llevada a cabo. Cualquier situación que no cumpla este requisito no será bdsm, sino puro y simple acoso. En segundo lugar, debe haber consenso. Es decir, que ambas partes deben haber acordado previamente qué puede hacerse y qué no puede hacerse, ¡y estos límites se han de respetar siempre! Por último, pero no por ello menos importante, toda relación bdsm debe ser segura, es decir, deben tomarse todas las medidas necesarias para que su práctica no suponga un peligro para los involucrados. ¡La seguridad es algo fundamental!